"Aunque el proyecto se destaca como una gran sorpresa para aquellos que conocen la carrera del arquitecto, es posible trazar una línea de pensamiento que brinde un mínimo de cohesión. En los primeros días de la arquitectura colonial, cuando las residencias lusitanas se adaptaron a las condiciones de los ambientes tropicales, que involucraban una fuerza de trabajo distinta y el uso de otros materiales, estos se volvieron más simples y despojados de varios gestos portugueses, simplificándose hasta lo más esencial. Este hecho fue estudiado a profundidad por Lúcio Costa, quien demuestra cómo todo este contexto generó una arquitectura más racional, muy cercana a los principios modernos de la arquitectura, constituyendo una influencia directa para su realización en el territorio nacional, lo que resulta en el pensamiento racional de Niemeyer, que en el caso de esta residencia, se presentó a través de una escala más modesta y vinculada al lenguaje histórico aportado por los portugueses.
Inclusive en
el texto publicado en Habitat n. 66, resulta que la casa demuestra cómo
Niemeyer tenía "poca intimidad con los procesos de construcción
convencionales", ya que el pórtico de entrada drenaba el agua de lluvia
justo en el medio de la baranda trasera, invalidándola en días
lluviosos. Además, se enfatiza el único consentimiento de Niemeyer a los
métodos arquitectónicos modernos de la época: el diseño desigual de la
piscina y la cobertura de la cocina y la vivienda de los empleados,
hecha de zinc con una altura de techo de solo 2,45 m." (Victor Delaqua)
Referencias:
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